Durante estas vacaciones estuve viendo el reportaje “Resiliencia” que hicieron sobre Rafael Alcántara, jugador de F.C. Barcelona, tras la lesión de rodilla que sufrió ante el Atlético de Madrid y la superación de la misma. En una de las intervenciones del coach personal, Javier Henriquez,  dijo lo siguiente “Rafa es una persona de alto rendimiento, y digo persona no deportista”. La verdad es que esto fue lo que más me llamó la atención de todo el reportaje, más allá de la actitud de Rafinha, porque creo que ahí está una de las claves del éxito de los profesionales y de las empresas para las que trabajan.

Por tanto, uno de los objetivos de las organizaciones debería ser contar con personas de Alto Rendimiento, capaces de superar obstáculos o como dice Javier sobre el jugador, capaces de cruzar el dolor para superarlo, pero ¿cómo identificar o ser una persona de Alto Rendimiento? En mi opinión, tras el reportaje y la lectura de artículos de coaches como Isra García o Javier Carril, estas personas fijan una serie de pautas y nos pueden dar una pista a la hora de encontrarlas:

  • Establecen objetivos claros e incrementales, planes para cumplirlos y un listado de tareas.
  • Priorizan tareas por la importancia de las mismas y no sobre la urgencia en resolverlas, y además son multitasking, cuando las tareas son complementarias, lo que provoca que puedan ser “ultraproductivas”.
  • Resuelven tareas de manera eficiente, con compromiso y con las máximas garantías de éxito dentro de las circunstancias del entorno.
  • Autogestionan sus expectativas sobre los resultados y controlan su rendimiento.
  • Exprimen cada minuto que tienen al máximo pero permiten “vacíos en su agenda” para gestionar imprevistos.
  • Se focalizan en tareas dentro de su ámbito de control o influencia.
  • Expresan su opinión desde un punto de vista objetivo, dejando a un lado las emociones y opiniones personales o prejuicios.
  • Respetan la opinión de otros, aunque esta sea contraria a la suya.
  • Tienen conductas positivas y lo establecen como un hábito permanente.
  • Mantienen el equilibrio entre el cuerpo y la mente: alimentarse adecuadamente, hacer ejercicio físico, mantener la pasión por la exploración y el aprendizaje continuo a nivel intelectual son algunos de sus hábitos.
  • Dedican tiempo a las aficiones, familia, amigos.
  • Tienen tiempo para reflexionar sobre lo que han hecho en el día, establecer mejoras sobre su trabajo, relacionamiento con otras personas y alineamiento con sus valores.

Uno de los pilares de la filosofía de vida de Josef Ajram es dedicar 8 horas a trabajar, 8 horas a descansar y 8 horas a uno mismo, y es que crear una sistemática en el día a día ayuda a obtener un alto rendimiento y cumplir con los objetivos. En este sentido, las siguientes rutinas pueden ayudaros a lo largo de vuestro día ya que son adaptables al estilo de vida de cada persona:

En conclusión, para ser una persona de Alto Rendimiento es necesario contar con una actitud proactiva, es decir, hay que tener la intención de superarse y trabajar para dar la mejor versión de cada uno, todos los días.

 

 

 

 

Fotografía de portada extraída del reportaje «Resiliencia».